Tiroiditis: causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento

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Tiroiditis (Tiroiditis autoinmune) es una inflamación de la glándula tiroides que conduce a la formación de anticuerpos y linfocitos en el cuerpo que comienzan a entrar en conflicto con las células de su glándula tiroides, lo que resulta en la muerte de las células de la glándula. Esta enfermedad se diagnostica en personas del grupo de mediana edad (40-50 años), aunque, según las estadísticas, en los últimos años, la tiroiditis se manifiesta con mayor frecuencia en jóvenes, a veces en niños.

La tiroiditis autoinmune se divide en varias enfermedades:

- La tiroiditis crónica (tiroiditis autoinmune de Hashimoto) se desarrolla debido a un fuerte aumento de anticuerpos, así como a una forma especial de linfocitos que destruyen las células tiroideas. Esto conduce a una fuerte disminución en la cantidad de hormonas producidas por la glándula tiroides. La enfermedad tiene una forma genética distinta.
- La tiroiditis posparto es más común que otras. La enfermedad ocurre debido a una sobrecarga del cuerpo durante el embarazo y en casos de predisposición existente.
- La tiroiditis indolora (silenciosa) es un análogo del posparto, sin embargo, hasta la fecha, no se ha identificado la causa de su aparición.
- La tiroiditis inducida por citoquinas ocurre en pacientes con diagnóstico de hepatitis C o con enfermedades de la sangre, si el tratamiento se realizó con interferón.

Tiroiditis - causas

A pesar de la predisposición genética, hay factores adicionales que provocan tiroiditis:

- infecciones respiratorias agudas;
- impacto ambiental negativo, consumo excesivo de cloro, yodo y flúor en alimentos y agua;
- focos de enfermedades crónicas (en dientes cariados, amígdalas palatinas, en los senos);
- Situaciones estresantes;
- exposición a la radiación o exposición prolongada al sol;
- ingesta incontrolada de medicamentos hormonales y que contienen yodo;

Tiroiditis - Síntomas

En la mayoría de los casos, la enfermedad se desarrolla de manera bastante imperceptible, sin síntomas característicos. Muy raramente, el paciente se queja de fatiga leve, dolor en las articulaciones, debilidad e incomodidad en el lugar de la glándula tiroides, un nudo en la garganta y una sensación de presión.

La tiroiditis posparto se manifiesta por fatiga, debilidad severa y pérdida de peso. A veces, un mal funcionamiento de la glándula tiroides provoca taquicardia, sensación de calor, sudoración excesiva, insomnio e inestabilidad del estado de ánimo.

La tiroiditis inducida por citoquinas prácticamente no afecta el bienestar del paciente. Puede identificarlo exclusivamente con la ayuda de análisis.

La tiroiditis indolora (silenciosa) se caracteriza por una disfunción tiroidea leve.

Tiroiditis - diagnóstico

Hasta el mal funcionamiento de la glándula tiroides, que puede detectarse mediante análisis, la enfermedad es casi imposible de diagnosticar. Solo las pruebas de laboratorio pueden establecer la ausencia (o presencia) de tiroiditis. Los estudios de laboratorio incluyen:

- análisis de sangre general;
- un inmunograma;
- determinación del nivel de hormona estimulante de la tiroides en el suero sanguíneo;
- biopsia con aguja fina;
- Ultrasonido de la glándula tiroides;

Si incluso uno de los signos de la enfermedad está ausente en los resultados de la investigación, no se puede diagnosticar la tiroiditis autoinmune. La sospecha de un cambio en la glándula en una ecografía no es evidencia de la manifestación de la enfermedad, si otras pruebas no dan razón para tal conclusión.

Tiroiditis - tratamiento y prevención

Actualmente no hay tratamientos efectivos para la tiroiditis. En el caso de la fase tirotóxica de la enfermedad, es decir, la aparición de hormonas tiroideas en la sangre, no se recomienda recetar medicamentos que supriman la actividad de la glándula tiroides (propicilo, tiamazol, carbimazol).

Si un paciente con tiroiditis tiene trastornos del sistema cardiovascular, se usan betabloqueantes para el tratamiento. Cuando se produce tiroiditis subaguda (inflamación de la glándula tiroides), se usan medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (metindol, voltaren, indometacina). En caso de un aumento repentino en el tamaño de la glándula, se recomienda la intervención quirúrgica.

Al detectar la tiroiditis, que ocurre sin violaciones obvias en la glándula tiroides, el paciente debe estar bajo supervisión médica constante para diagnosticar rápidamente y comenzar el tratamiento de las manifestaciones de hipotiroidismo (una disminución de las hormonas producidas por la glándula tiroides).

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